Durante la segunda guerra mundial era indispensable contar con la mayor parte de la población en servicio, para poder trabajar en la industria volcada al máximo en el esfuerzo bélico. Siendo tan importante el humano como una pieza necesaria en la producción del material de guerra.
Para Estados Unidos, su crecimiento económico se registro en gran medida durante esta contienda.
Este conflicto puso a millones de hombres que marcharan en el frente, dejando sus trabajos, ocasionando que muchas de las mujeres ocupasen sus trabajos. Sin embargo a las mujeres que se les había sido muy difícil encontrar trabajo durante la Gran Depreción fueron aceptadas con un empleo en la industria americana.
Las necesidades de mano de obra fueron tan importantes en aquella época, por la incorporación de mujeres, ancianos y niños al sistema productivo. las jornadas de trabajo laboral se convirtieron en muchos casos agotadoras, viéndose motivadas las horas extraordinarias trabajadas durante los días que eran de descanso y en periodos nocturnos.
La población civil fue victima de duros racionamientos de alimento y carburantes, lo que alentó el florecimiento de mercado negro.
Tanto en Gran Bretaña como en EUA, como ya mencione las jornadas de trabajo se caracterizaron por su larga duración. Sin embargo los salarios de los norteamericanos aumentaron en mayor proporción que el costo de la vida, pero por otra parte el país no estuvo exento de conflictos sociales.
Algunos empresarios apoyaron con gran pasión la causa aliada, como el americano Andrew Higgins, un ingeniero que diseño las lanchas de desembarco, que se utilizaron en varias operaciones como la del Dia-D. Higgins mantuvo, motivados a sus trabajadores, ponía o colgaba fotos de Hitler, Mussolini e Hirohito sentados en los lavabos de sus fabricas con una leyenda que decía "Venga, hermano(a), cada minuto que tu pasas ahí dentro es tiempo ganado para nuestra causa". Este ingeniero también motivo a sus empleados pagándoles por encima de la media y sin hacerles discriminación por raza o sexo.
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